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¿Es usted ciervo, u oveja?

By: arquitecto segovia | 4 Sep 2021

Hay una relación evidente y muy estrecha entre los animales y las personas, entre fuera y dentro. Aunque la mente se esmere en ello, no podemos separar a “personas” y a “animales” tan fácilmente porque las personas también somos animales. Mahatma Gandhi lo dijo de esta manera: “un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”. De hecho, pretenda lo que pretenda la mente, nada puede separarse de nada.

Si para nosotros todo lo que nos rodea son simples recursos y mercancías… como es natural, nos convertiremos en recursos y en mercancías.

Si somos lo que comemos, somos ganado.

Si somos capaces de acabar con especies enteras, o con ecosistemas completos, por simple inconsciencia o por puro “disfrute”… no nos debería extrañar que nosotros mismos sufriéramos un final parecido. Al fin y al cabo somos parte de esos ecosistemas.

Dicho de un modo muy simple: lo que usted sea, es lo que será el mundo.

Este análisis transversal psico-eco-sistémico, además, puede aplicarse a todas las parcelas del conocimiento. Ya hablemos dentro del redil de la economía, de la sociedad o de las emociones… siempre sirve. Porque al fin y al cabo todo son ecosistemas y todo empieza en nuestra cabeza.

Avanzando con el mismo razonamiento, nos encontramos con que podemos ser:
· ganadería intensiva, es decir… animales que malviven hacinados en espacios mínimos, rodeados de hormigón y acero, dureza, frialdad, con mala alimentación, estrés, falta de perspectiva vital, prisas y en general pésimas condiciones de vida
· ganadería extensiva, animales que, si bien son productos en un proceso económico, disfrutan de unas condiciones de vida mucho mejores
· o bien seres vivos, que gozan ya no de porcentajes de libertad sino de participar en un ecosistema no manipulado exteriormente en favor de interés alguno.

¿No es evidente que las personas también participamos de esta realidad?

El concepto “ganadería intensiva” es la definición perfecta de la vida en la gran ciudad. Comprobemos cómo punto por punto estamos hablando del mismo concepto:

“…animales que malviven hacinados en espacios mínimos, rodeados de hormigón y acero, dureza, frialdad, con mala alimentación, estrés, falta de perspectiva vital, prisas y en generalpésimas condiciones de vida… están más enfermos, más cabreados, sobremedicados en muchas ocasiones, y tienen tendencia a ser agresivos los unos con los otros”

Cabe esperar que nos encontremos, igual que los animales hacinados… más débiles, más enfermos, más irascibles, más cabreados, agresivos y en muchas ocasiones sobremedicados. Evidentemente coincide al 100% con la realidad de las ciudades. Piense en las miradas frías de las grandes ciudades, robóticas; miradas de rígida auto-adoración como animales desanimados. Observe la irascibilidad en sus semáforos con decenas de coches claxonando sin sentido.

En cuanto al “ganado extensivo”… Es evidente que está más sano, más fuerte y más feliz. Todo el mundo lo sabe. Los animales libres tienen los ojos abiertos como los de los niños. De hecho la ganadería extensiva es la puerta a la vida -donde ya no se gradúa la libertad para administrarla a según qué bestia- y a la no-ganadería, a la no jerarquización, etc.

La tercera posibilidad, de seres vivos que naturalmente interactúan entre si en un entorno no manipulado, es el estado ideal de la vida; y sin embargo es prácticamente ya inexistente. Pues tristemente hoy en día, conciencia aparte, todo se manipula. Desde los bosques que usted ve, incluso los animales “salvajes”. Prácticamente todo se retuerce para alinearlo con el miserable y a menudo destructivo beneficio económico.

Expongo una realidad transversal que no puede ser parcelada ni manipulada; y la dirijo personalmente a usted para abrir paso a su reflexión. Es ahí donde empieza el paisaje, ahí se decide si será un paisaje de leones, de ciervos o de ovejas.

La salida del laberinto es el lugar por el que entramos al mismo. O como siempre decimos: “El mundo entero está en su mano y todo depende de usted. Todo empieza en su cabeza”

José Antonio Santos Pérez : )