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Monasterio de Santa Sofía
silencioarquitectos llegó al Monasterio Premonstratense de Santa Sofía en Toro, Zamora, a través de la Fundación Fomento Hispania, con el objetivo de “defender y conservar su patrimonio histórico-artístico”. Pero pronto captamos que no solo el patrimonio del monasterio se encontraba amenazado, sino que la misma comunidad de religiosas estaba duramente afectada por la falta de criterio a la hora de diseñar sus sistemas de aislamiento térmico y de calefacción.
Fue precisamente el frío una razón de peso para que la reina María de Molina les cediera el lugar que hoy habitan. Y estamos hablando del s. XIV. El frío del que se olvidaron durante siglos y que volvió, en la segunda mitad del s. XX, después de toda una serie de lamentables actuaciones sobre este valioso conjunto histórico-artístico.
Más del 90% del conjunto edificatorio del monasterio fue afectado por las intervenciones de los años 60 de uno u otro modo. Y fue afectado como se afectaban las edificaciones de los años 60.
Se reconstruyó al completo el 80% del edificio principal del monasteerio. A efectos de habitabilidad y calidad de vida… se cambiaron gruesos muros de tapial por muros de ladrillo sin aislamiento. Entre otras tantas barbaridades también se alteraron los niveles de los suelos, pues ¿qué iban a hacer si no con toda la tierra que habían sacado de los muros?… En cuanto a la eficiencia energética se cambió el edificio principal del monasterio al completo por una nevera, por el tipo de edificio en el que te encuentras peor que en la calle. Cuando llegamos al edificio había casi una decena de calderas y las religiosas pensaban en habilitar pequeños espacios para que pudieran seguir viviendo sin quedarse heladas.
Los valiosos espacios que todavía se conservan del edificio original, situados al norte del edificio principal del monasterio, también se encuentran machacados por las malas decisiones tomadas en la segunda mitad del s XX. Son decisiones que, en su momento, se tenían por buenas; pero que con el paso del tiempo hemos podido comprobar inaceptables. El problema es que se han aplicado masivamente en nuestro patrimonio. Se han incorporado cementos, se han alterado los niveles y hasta las estructuras. Pretender hacer arquitectura tradicional con materiales y soluciones modernas solo aporta problemas. A cada cosa, lo suyo.
Pues bien, gracias también a que en los fines de la Fundación se encuentran: “La defensa de los niños, ancianos y, en general, de los más desfavorecidos”… pronto el proyecto pasó a englobar la eficiencia energética del monasterio y también las condiciones de habitabilidad, muy parcas, con las que contaban las religiosas.
Conseguimos que las condiciones de la comunidad de religiosas mejoraran notablemente para finales el año 2016. Y además lo hicimos con un presupuesto muy apretado. Desde entonces las hermanas no nos reciben envueltas en abrigos ni ellas mismas están contraídas por la acción del frío, ni se les congelan los recipientes con agua dentro del monasterio.
Es por ello que las hermanas pudieron celebrar abiertamente su séptimo centenario de vida religiosa ininterrumpida en septiembre del año 2.016. Desde que el frío se controló, la comunidad se ha revolucionado interiormente y ahora, activa y feliz, se reabre a los medios de comunicación, a las redes sociales, a sus vecinos, a realizar convivencias y retiros espirituales, etc.
Ahora que los problemas del frío que padecían las hermanas de la comunidad están a grosso modo controlados… tanto la Fundación Fomento Hispania como silencioarquitectos se concentran en rehabilitar el patrimonio declarado BIC del conjunto de edificaciones. Es preciso evitar el colapso de las estructuras y garantizar un óptimo estado de conservación del mismo. Hablamos de un palacio particular que se remonta al siglo XIII, que se encuentra parcialmente desplomado y con riesgo de colapso; hablamos del edificio civil más antiguo de la provincia de Zamora; hablamos de un bellísimo patio columnado que tiene varios de sus soportes funcionando estructuralmente por rozamiento. O intervenimos ya, o lo perderemos!
El proyecto se concibe como una vuelta a los orígenes en todos los sentidos: vuelta al cuidado del patrimonio, vuelta a los espacios sencillos y despejados de la tradición monástica, vuelta a trabajos agradables, vuelta a la cal y vuelta a las ventanas azules.
Es un gran problema cuando se desploma un valiosísimo palacio porque, como es bien sabido, las cosas de palacio…
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