Arquitectos Segovia, Arquitectura sostenible, Diseño BIM, Restauración del patrimonio, Urbanismo sostenible
Cementerio en Santiago de Compostela
Como Proyecto Final de Carrera se propone proyectar un cementerio/crematorio en el parque de Santo Domingo de Bonaval en Santiago de Compostela, Galicia, España. Santiago de Compostela es, en relación a todo el mundo, una de las ciudades en las que el fenómeno religioso es más influyente y una de las que aloja más peregrinos. La ciudad es el final del camino que lleva su nombre y la conclusión de la autopista de información más importante de Europa desde hace más de mil años -ya en su momento Miguel Ángel y Dante ya hablaban de las bonanzas del Camino-. Además de todo esto es importante comentar: que el camino posiblemente se remonte a la noche de los tiempos, hace miles de años, en los que las personas quizá seguían al sol -fuente de vida-; y que los mismos conceptos “camino”, “final”, “viaje”, “descubrimiento”, “aprendizaje” son inseparables de lo que nosotros mismos somos… son la vida y la muerte.
El parque propuesto para alojar el cementerio fue en su momento parte del Monasterio de Santo Domingo de Bonaval -en él encontramos incluso los restos del antiguo cementerio en que se enterraba a los monjes-. Recientemente ha sido recuperado siguiendo una metodología del tipo arqueológico, y se ha recuperado maravillosamente: el parque cuenta con su propia estructura, riqueza, variedad de espacios y de vegetaciones, hermosas perspectivas y agradables paseos.
Por todo ello el planteamiento a la hora de intervenir es respetar lo existente lo más posible. La idea es, en otras palabras:
· intervenir en el parque lo menos posible, simplemente dejando que sea lo que ya es.
· aprovechar los restos del monasterio, entre los que se encuentra el antiguo cementerio, y alojar la construcción siguiendo su lógica.
Siguiendo planteamientos ecológicos y económicos se propone, además, que los medios y materiales requeridos puedan encontrarse tan cerca de la intervención como sea posible. Simplificando todos los procesos se propone que el cementerio sea su propia cantera.
Tras desmontar el cementerio original del monasterio, se excava, se cajea la roca compostelana -un granito increíblemente fácil de trabajar y bellísimo-, y sobre ella con ella se levantarán potentes muros para, al final y en mismo lugar que ocupa, volver a montar el cementerio original.
El proyecto está concebido con una construcción simple y rotunda y una funcionalidad se resuelve con una sencillez máxima. Dos ejes de comunicaciones subterráneos, donde uno organiza los usos de cementerio y otro comunica los usos del crematorio, se traban sutilmente frente a la discretísima entrada principal del cementerio nuevo.
El crematorio, al ser un edificio moderno, se resuelve con técnicas modernas. El eje que lo resuelve es una galería colgada de vidrio al ácido utilizado estructuralmente y que, a su vez, ilumina naturalmente todos los espacios del crematorio.
En definitiva está concebido como un templo a la iluminación, a la luz y a la esperanza.